El cocido maragato es el rey de la cocina de la comarca y la principal propuesta de nuestra casa. Este cocido es el único que se come al revés. Su orden en el servicio es: primero las carnes, a continuación los garbanzos y la verdura y por último la sopa.

Cuenta la leyenda popular que tras perder Napoleón Austria en 1810 centró sus esfuerzos en conquistar España y Portugal para lo cual ordenó al general Loison la conquista de Astorga. El ejército francés dispuso en los alrededores de la ciudad más de 10.000 soldados, teniendo su cuartel general en Castrillo de los Polvazares. Una vez identificado el punto de la muralla sobre el que debían centrar sus ataques, comenzaron a cavar los atrincheramientos desde los cuales lanzar la ofensiva.

Teniendo las tropas españolas la necesidad de dificultar estos trabajos, no dudaron en lanzar repetidos ataques para entorpecerlos, obligando a los franceses a repetir el esfuerzo. A tal fin, los españoles aprovechaban el momento del día de menor oposición, el de la comida. Fueron tan persistentes los ataques españoles que las tropas francesas tomaron por costumbre comenzar a comer el pote por lo más consistente, temiendo que la batalla se reiniciara en cualquier momento. Solo aquellos días en que tenían la fortuna de no ser atacados, podían terminar la comida dando buena cuenta de los garbanzos y del caldo.

También se dice por la zona, que los arrieros maragatos en sus largos viajes a pie con sus recuas de mulas, llevaban las carnes de matanza y los finísimos garbanzos de secano para preparar el pote a la lumbre. Si comenzaban con el caldo, las viandas se enfriaban, así que empezaban a comer lo sólido y terminaban con el caldo caliente. Como dice la gente mayor, si sobra algo que sea el caldo.