Castrillo de los Polvazares
Castrillo de los Polvazares es una localidad perteneciente al municipio de Astorga, en la comarca de Maragatería, provincia de León.
Inscrito en el Camino de Santiago francés, es el pueblo mejor conservado de la Maragatería. Todas sus casas están construidas en piedra, y las calles no están asfaltadas, sino empedradas. Es enteramente peatonal. Desde 1980 está declarado como Conjunto Histórico-Artístico de alto valor monumental. El nombre procedería de la cercanía de dos castros, el Castro de San Martino y el de Teso de la Mesa.
Las casas están estructuradas en función de la actividad de los arrieros, dándose grandes puertas para el paso de carros, patios interiores que son el centro de organización de la casa, cuadras y algunas grandes bodegas. Algunas dan testimonio del esplendor alcanzado por aquellos mercaderes viajeros.
Hay que remontarse a finales del siglo XVI para encontrar el origen de la población, aunque no es hasta el siglo XVIII cuando alcanza su mayor relieve. Es en esa época cuando se empedró la calle Real, para así facilitar el trasiego de los arrieros.
El pueblo originalmente se encontraba en una ubicación distinta. Fue destruido por unas riadas, y se reconstruyó en el siglo XVI en su emplazamiento actual.
La localidad dispone de un viejo puente sobre el río Jerga con fábrica de mampostería, en un estilo muy primitivo. A su entrada, cuenta con otro puente construido a principios del siglo XX en obra de piedra con la incorporación de una viga inferior en celosía. Al término del pueblo se encuentra un singular merendero porticado de generosa mesa y banco corrido.
Castrillo de los Polvazares fue la localización elegida por la escritora Concha Espina para ubicar su novela La Esfinge Maragata que internacionalizó las costumbres de estas tierras. Otra personalidad relacionada con este pueblo es René Clair, cineasta francés, cuya mujer vivió allí hasta su muerte en 2006.
En 2004 y 2006 se celebraron en Castrillo y Astorga las Jornadas Napoleónicas, en recuerdo de la Guerra de la Independencia Española. En estas jornadas, se recrea el ataque y sitio de la ciudad de 1810.
En la actualidad, sus principales reclamos turísticos son su arquitectura típica, la artesanía y su gastronomía.